El blog de Studia XXI publica un artículo de Dídac Martínez en el que explora el concepto de comprensión lectora en el contexto universitario.
La comprensión lectora en la universidad se refiere a la capacidad de entender el contenido de un texto más allá de la simple lectura y escritura. Implica comprender exactamente lo que el autor está comunicando, lo cual puede ser especialmente desafiante en temas complejos que se abordan en el ámbito universitario. Cada disciplina tiene su propio lenguaje, estructura y contexto intelectual, lo que requiere una comprensión profunda para interpretar adecuadamente los textos. La comprensión lectora y las habilidades matemáticas están estrechamente relacionadas, ya que ambas son formas de pensamiento que ayudan a explorar y comprender la realidad y el mundo que nos rodea. Así como los estudiantes de álgebra y cálculo necesitan practicar con ejercicios numéricos para fortalecer su capacidad cognitiva, la comprensión lectora implica ejercitar la mente para entender el contenido de textos extensos y complejos. Este proceso es continuo y se adquiere a lo largo de la educación formal, ya que no nacemos con un conocimiento innato.
En la universidad, el desarrollo de la comprensión lectora varía según el nivel de estudios : un estudiante de primer año no posee la misma que un estudiante de doctorado. A lo largo de su tiempo en la universidad, el estudiante adquiere los conceptos esenciales de su área de estudio, así como el lenguaje y contexto específicos. Aquellos que ingresan a la universidad con una base sólida de comprensión lectora encuentran más fácil estudiar y profundizar en los nuevos conocimientos. Por otro lado, un estudiante de doctorado, después de pasar por este proceso de aprendizaje, se convierte en un especialista en su campo y puede contribuir con nuevas ideas a través de una tesis doctoral. En resumen, el proceso de desarrollo de la comprensión lectora en la universidad implica adquirir una comprensión más profunda a medida que se avanza en los estudios.
Muchos profesores expresan preocupación por el bajo nivel tanto en matemáticas como en comprensión lectora de los estudiantes que ingresan a la universidad. Esta situación se debe a que la educación universitaria representa la culminación de un proceso educativo que comienza mucho antes, y cada vez más estudiantes llegan con deficiencias significativas que deberían haberse abordado en etapas anteriores. En España, por ejemplo, las universidades han estado detectando durante años el nivel de matemáticas de los estudiantes de primer año, lo que ha llevado a ofrecer cursos preparatorios y a que muchos estudiantes busquen refuerzos fuera de la universidad. Sin embargo, la falta de comprensión lectora de los estudiantes es más difícil de identificar y cuantificar, lo que dificulta la implementación de soluciones. Es urgente abordar este problema de manera conjunta entre las universidades y los institutos de bachillerato, ya que es bien conocido que muchos estudiantes abandonan la lectura durante esta etapa educativa.
La colaboración entre universidades y institutos de bachillerato es crucial para encontrar soluciones efectivas para mejorar la comprensión lectora en el bachillerato. Además, es importante analizar el impacto de las tecnologías y las redes sociales en los procesos educativos. En cuanto a la evaluación del nivel de comprensión lectora de los universitarios españoles, existen diversos métodos y literatura profesional disponibles. Algunas universidades han implementado sistemas de evaluación que utilizan pruebas para medir el nivel de comprensión de los estudiantes en diferentes cursos. Estas pruebas suelen involucrar el análisis de textos complejos, la identificación de ideas clave, la relación de conceptos básicos, la determinación de fuentes de información y la conexión de la tesis del autor con el contexto académico y científico. Estos métodos también evalúan el razonamiento crítico, la redacción, la terminología utilizada y la estructura argumental de los estudiantes.
Durante las últimas décadas, las bibliotecas universitarias españolas y de todo el mundo han enfrentado el desafío de la digitalización de la información. Han pasado de los catálogos de fichas de cartón en los años ochenta a las revistas electrónicas en los noventa, y ahora también ofrecen libros digitales. La oferta formativa se ha centrado en alfabetizar a la comunidad universitaria en estos nuevos recursos digitales, ya que la lectura y el acceso a la información en formato digital han ido ganando terreno. Sin embargo, con el aumento del uso de tecnologías digitales, se ha observado una disminución en la comprensión lectora debido a la escasa lectura de libros. Por lo tanto, es necesario que las bibliotecas universitarias aborden este nuevo fenómeno y promuevan la comprensión lectora como una habilidad crucial para los estudiantes, independientemente de los avances tecnológicos.
Las bibliotecas universitarias cuentan con datos que reflejan la preocupante disminución en el número de préstamos de libros en los últimos años. En una década, el número de libros prestados ha disminuido drásticamente, pasando de casi 15 millones a solo 6 millones. Esta tendencia a la baja sugiere que en el futuro podría no ser significativo el préstamo o la lectura de libros en las universidades. Aunque algunos analistas argumentan que esta situación no es preocupante debido al aumento de la lectura digital, otros, respaldados por el Manifiesto de Ljubljana, expresan una profunda inquietud. Señalan que la digitalización puede conducir a una disminución en la concentración, atención y memoria, aspectos fundamentales que se fortalecen con la lectura tradicional. Además, advierten sobre la propagación de información falsa en las redes sociales, la polarización y el aumento de la ansiedad entre los estudiantes universitarios como resultado de estos fenómenos. En resumen, aunque la lectura digital está en aumento, hay preocupaciones sobre los efectos negativos de esta transición en la calidad de la educación y el desarrollo de los estudiantes.
Es cierto que las tecnologías tienen un impacto positivo en la educación. La era de la digitalización ha traído consigo tecnologías educativas extraordinarias, y la inteligencia artificial promete mejorar significativamente la universidad en diversos aspectos. Acceder a información relevante en tiempo real desde un ordenador o un móvil era impensable hace unos años, y esta capacidad ha transformado nuestra forma de aprender y enseñar. Sin embargo, a pesar de las expectativas optimistas asociadas con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la realidad muestra que también han surgido desafíos importantes que necesitan ser abordados y regulados. Aunque las TIC han democratizado el acceso al conocimiento, no han garantizado necesariamente una sociedad más sabia. A pesar de ello, creo que los libros aún tienen un papel fundamental en esta nueva era del conocimiento. La lectura sigue siendo una herramienta invaluable para desarrollar habilidades críticas y analíticas, y enriquecer el pensamiento humano.